Después de una cirugía es muy importante asegurarse de practicar la respiración profunda. Estos ejercicios ayudan a mantener los pulmones despejados. La mejor manera de hacer esto es:
Inhala profunda y lentamente por la nariz, expandiendo la caja torácica inferior y dejando que el abdomen se eleve.
Mantenga con un conteo de 3 a 5.
Exhale lenta y completamente a través de los labios fruncidos. No fuerce su respiración.
Descansa y repite 6-8 veces cada hora. Descanse más tiempo si se marea o se aturde.